
Cuanto más tiempo pasamos trabajando con ordenadores y hablando con máquinas, más debemos valorar a la persona que nos rescata del pozo tecnológico y nos devuelve al reino de la vida, de las emociones y del contacto humano
Cuanto más tiempo pasamos trabajando con ordenadores y hablando con máquinas, más debemos valorar a la persona que nos rescata del pozo tecnológico y nos devuelve al reino de la vida, de las emociones y del contacto humano