
¿Te has parado a pensar qué sientes cuando el/la profesor/a te corrige un paso de baile?
Puedes parar y justificarte, explicar porqué no lo haces bien, por ejemplo quizás aún no lo entiendes, excusarte quizás porque es un movimiento difícil, es la primera vez que lo haces o incluso que tienes un mal día.
Pero también puedes simplemente dejar que el profesor haga el trabajo que has venido demandando, que te enseñe.
No tomes las correcciones como reproches o juicios hacia tu persona, sino como una ayuda para hacerlo mejor.
Recuerda:
🔹no te compares con las compañeras, la comparación te hace vulnerable
🔹cuando sepas hacer ese movimiento, la felicidad que obtendrás será más pasajera de lo que crees, ‘si el camino no proporciona la felicidad, el destino nunca lo hará’
🔹uno de los motivos por los que te apuntaste a clase era encarar un reto, así que ¡voila!
🔹durante las horas de clase deja que el profesor/a lleve las riendas, relájate delegando, confía en él/ellaQ.
Que las correcciones no paren tu aprendizaje, disfruta de avanzar.